Fue a finales del 2012, con motivo del pregón de fiestas en Mondovar, cuando el maestro Esplá avisó con toda su sabiduría taurina y torera que esto estaba mal y tiene mala solución, en declaraciones hechas al diario alicantino Informaciones.com
"Hoy el mundo de los toros es lo más parecido al panorama político que vive este país y, al final, quienes se van a cargar los toros no van a ser los movimientos antitaurinos, van a ser los propios taurinos con sus actitudes egoístas y sus decisiones irracionales".
"Los toreros no tienen cojones a enfrentarse contra el sistema. Tienen mucho valor para ponerse delante de un toro, y yo me descubro ante eso, pero no tienen cojones para acabar con quienes están reduciendo este arte a puro negocio donde sólo impera el dinero"
"Es el monopolio que unos pocos han hecho para lucrarse con el toreo". Y puso como ejemplo el actual cierre de la plaza municipal de toros de Monóvar, con el boicot que la Unión Profesional de Matadores de Toros le ha impuesto a este coso por el impago de la empresa gestora de 17.000 euros a los diestros Cayetano Rivera y El Cordobés en 2010 y 2011. "Es patético que ese mismo empresario esté contratando para otros festejos y en otras plazas a los mismos toreros a los que no ha pagado y, sin embargo, en Monóvar no se vaya a poder celebrar este mes la corrida del centenario. Patético", reiteró el diestro retirado.
Y ahora los que viven y han vivido siempre del toro, se rasgan las vestiduras e intentan arreglar esto con palabrería que vaya usted a saber si solo es eso, palabrería. La reunión de la Venta de Antequera en Sevilla promulgada por D. Carlos Nuñez, las declaraciones de Martinez Uranga anunciando apertura de carteles y un espectáculo más puro para el aficionado, la realidad del pucherazo de Valencia en favor de Simón Casas etc. Se dan de narices con la realidad taurina que vivimos y lo peor es que los aficionados somos escépticos ante las declaración de intenciones de estos personajes.
Ante las otras realidades que se anuncian, de reapariciones con la temporada hecha de antemano, las incógnitas de Sevilla, tal parece que los cambios anunciados por los vividores del toro, están muy lejos de las intenciones.
Es hora ya de que el aficionado haga oír su voz, que las peñas hagan viva su protesta y si es necesario imitar a los del G-5 y no ir a las plazas.
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