Los mandones siguen tomándonos por tontos. Se deben reír a carcajada suelta y la realidad es que les damos pie.
Los empresarios amigos unos y apoderados otros de las figuras, esos que montan los saraos en aras de salvar la fiesta, los que inventan asociaciones como el FIT siguen practicando el inmovilismo.
No hay mas que ver los carteles anunciados en Castellón, Fallas, Olivenza y hasta Brihuega, plagados de figuras y de Juan Pedro y sus sucursales.
Así salvan la fiesta los mandones, de la única manera para llenar el bolsillo y me extraña que en la Magdalena se anuncie una subida de venta de abonos del 14%. Pero ojo, que Castellón ha salido a la calle, que ha dado el pistoletazo de salida y detrás vamos otros que sí queremos salvar esto.
Está claro que la fiesta como tal solo le preocupa al aficionado, que curiosamente es el que paga y a los que se lo llevan calentito que son los que deberían darle vida, siguen ordeñando la vaca hasta que se seque. Aparentemente los "tontos deben ser ellos" que perderían más, a no ser que el saco de los billetes les de para vivir mucho tiempo sin trabajar, en ese caso los tontos seríamos los aficionados.
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