Lo que para otras formaciones europeas resulta relativamente sencillo, aquí es imposible.
Nuestras fuerzas políticas son incapaces de ponerse de acuerdo para formar un gobierno de estabilidad.
Las mesas de negociación abogan por una coalición de la izquierda moderada con la radical y el lugar de confeccionar una hoja de ruta, parten de exigencias desestabilizadoras, adjudicación de puestos de poder y otras zarandajas, convierten la cámara del senado en títeres, en protestas de ubicación y poco a poco los radicales colonizan las instituciones con acciones muy medidas y pensadas para que vayan imponiendo su liturgia.
La historia ha demostrado que los regímenes autoritarios comunistas, han fracasado, todos ellos han vuelto a la conversión de capitalismos más o menos moderados donde han resurgido grandes fortunas que han cresado riqueza incluso fuera de sus fronteras.
España, tan diferente, está a punto de hacer todo lo contrario, pasar del impulso de mejoría notoria de cara a la brutal crisis a caer en las manos del autoritarismo comunista.
Los acuerdos municipales que han producido cambios, ya demuestran con tan solo ocho meses de gestión cual es la línea de su caminar.
Toda la palafrenaria política que vivimos, la basan los líderes en sus votantes, MENTIRA, ellos utilizan a sus votantes para conseguir las mayorías y le dan la vuelta a la tortilla olvidándose de ellos cuando lo necesitan para conseguir el ansiado poder.
La batalla entre los líderes de los principales partidos, demuestra la idiosincrasia española que nos ha acompañado durante nuestra rica historia, Shakespeare reflejó en Romeo y Julieta el odio ancestral entre dos familias que en España plasmó la película de Vicente Escrivá Montoyas y Tarantos, basada en la novela del inglés pero con familias de raza gitana. donde al final prevalece el odio frente al amor de dos jóvenes.
Yo no quiero que mi voto vaya a manos de Podemos, pero curiosamente no voy a poder evitarlo y por ello me siento engañado una vez más.
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