Aunque cueste recordarlo, no hace mucho tiempo hubo toros. Ganaderos que no
conocían la ingeniería genética y procuraban mejorar sus productos a base de
cruzar sangres, daban con la piedra filosofal de conseguir el toro soñado, unos
apostaban por la nobleza, otros por la exigencia, otros por la bravura y hasta
los había con morbo.
Pero generalmente se buscaba esa bravura noble que
en la actualidad se ha convertido en tontuna. Sí, hoy el toro premiado es el
tonto
Ganaderos como el Marqués de Villamarta, que formó
su vacada con reses de Murube, Urcola, Medina Garvey y sementales de Parledé,
añadiendo con posterioridad reses del Conde de Santa Coloma y Conde de la Corte.
Así, en conjunto, la ganadería creada por el Marqués
de Villamarta aunaba cuatro de los principales encastes derivados de la casta
de Vistahermosa, los de Murube, Parladé, Santa Coloma y Urcola, mientras que la
parte de la vacada derivada de Medina Garvey aportaba un cruce con Casta
Vazqueña, que contribuyó fundamentalmente a dotar al cruce de un mayor tamaño y
que también es la responsable de las pintas berrendas, cárdenas claras,
salpicadas y ensabanadas, que ocasionalmente lucen los ejemplares de este
origen.
Ya en poder de los herederos
del Marqués de Villamarta la ganadería se fue dividiendo y los principales
lotes quedaron en poder de Carlos Núñez, Clemente Tassara, ya desaperecida y Salvador
Guardiola.
Del
siglo XIV son las primeras noticias que conocemos de ganaderos navarros. Las
reses de esta tierra, cuyas vacadas se extendieron en tiempos pasados por
Aragón, Levante y La Rioja, son pequeñas, muy vivaces y bravas, de muchos pies,
capas coloradas y castañas con algunos ejemplares negros, y defensas muy
características, delgadas, en forma de lira. Son toros muy listos y pegajosos,
por lo que los toreros los han ido marginando pese a su escaso tamaño.
Las
ganaderías más emblemáticas de este encaste fueron la del marqués de Santacara
(considerada por algunos como la fundacional), y las de Guendulain, Lizaso, Zalduendo,
Carriquiri,
Lecumberri y Pérez-Laborda. Aunque el ganado navarro ha dejado de lidiarse en
festejos mayores, aún existen criadores que, con encomiable empeño, dedican sus
esfuerzos a intentar devolver el esplendor a unos toritos que gozaron del favor
del público por su desbordante bravura.
En
la primera mitad del siglo XVIII, fundó esta vacada Luis Antonio Cabrera Ponce
de León y Luna, vecino de Utrera (Sevilla), con reses al parecer procedentes de
los frailes cartujos de Jerez, de los dominicos de Sevilla y/o de cualquier
otra comunidad religiosa de las que entonces poseían puntas de ganado
procedente de los diezmos, y que seguramente era descendiente de esas reses
que, en grandes rebaños, pastaban libremente en los campos de Tarifa. Con
posterioridad vino a formar parte del legendario encaste de Miura, junto a
reses de Francisco Gallardo y José Arias de Saavedra.
A mediado del siglo
XVIII, Gregorio Vázquez, de Utrera
(Sevilla), formó esta ganadería, con reses de ignoto origen, a las que se
añadieron otras de Cabrera y
de Bécquer. Su hijo Vicente José heredó la vacada en 1.778 y, tras innumerables
vicisitudes, logró aumentar la misma con reses del conde de Vistahermosa.
Gracias a ello y a la esmerada selección que practicó en la tienta, Vicente
José Vázquez logró crear una casta de toros muy bien armados, de variadísimas
capas, preciosos de lámina, cortos de patas y anchos. Fuertes, muy poderosos y
bravos en el primer tercio, en seguida gozaron de la predilección de los
públicos y toreros.
Lamentablemente a nadie o casi nadie le interesa de donde vienen los toros, solo que tengan mas de 500 kilos y 2 metros de cuernos,que embistan o no ya es otro cantar,5 ganaderias del mismo encaste se reparten la ferias mas importante de Epaña, afortunadamente esta vitorino y miura para salvar la peste del monoencaste
ResponderEliminarEn el momento en que los Toreros o sus veedores "mandan" en las Ganaderías y los Empresarios, muchos apoderados tambien, sucumben a sus peticiones... se acabaron los TOROS.La pela es la pela, amigo Vicente.
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