Ocurrió en fallas el 10de Marzo de 2019.
Cartel de los que el aficionado señala. Los Victorinos y un terna hecha a hierro y fuego, abrieron el ciclo valenciano.
Un encierro diverso con atisbos leves de aquella raza que los encumbro, queda claro que este encaste ha perdido su fiereza y lleva camino de la adaptación a las faenas del tedio de los setenta muletazos.
Una terna de los que pasan más tiempo a la sombra que los que gozan de las tardes soleadas, con toros carrileros de carrusel, que se ganan los paseillos de uno en uno, hace poco me comentó un buen amigo torero encasillado en este mismo grupo, que a él le gustaría torear un colorao, porque lleva muchos años matando los grises.
Octavio, sufrió el engaño de un toro que dio credo de bravo en el caballo, pero llegó a la muleta quedándose corto y defendiéndose, se descubrió el torero en el de pecho y el toro le prendió, oreja al valor y la entrega. Se corrió turno hasta el sexto lugar para que volviera Chacón a lidiar el que hubiera sido el quinto. Fue el toro mas templado y el de Prado del Rey le puso pausa logrando muletazos templados de manera discontinua, el mal uso de los aceros le privó de redondear la tarde.
Tuvo Rafaelillo un lote distinto. Un primero de embestida clara y larga, al que el murciano llevó con la zurda, cambió de mano y la faena perdió el ritmo. El que hizo cuarto, tardo y midiendo, creó dificultades, pero Rafael le puso cara y aguantó la poca clase del toro.
Varea enlotó dos toros de similar corte, buen son y sin sacar el genio de los antiguos. Se equivocó el de Almanzora en las distancias y ambos toros le obligaron a perder pasos en cada embroque, desluciendo ambas faenas que necesitaban otra linea.
Todo esto lo vi en televisión, con todos los defectos que ello conlleva.
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