Y me refiero a la a la Plaza de Toros de Tetuán de
la Victorias. Aquel pueblo que hoy es barrio de Madrid, Aquel
pueblo cuyos orígenes se remontan a la Guerra de África, en 1860, cuando el
ejército victorioso acampaba en las dehesas al norte de Madrid,
pertenecientes a Chamartín de la Rosa, mientras se
preparaba la entrada triunfal en la capital, que nunca sucedió. Alrededor del
campamento, que de provisional se iba convirtiendo en permanente, se fueron
instalando comerciantes y se creó el barrio conocido hasta hoy como «Tetuán de
las Victorias», por la ciudad marroquí de Tetuán, de
donde regresaban los soldados participantes en dicha campaña. La inauguración
de la línea de metro Progreso - Cuatro Caminos en el año 1919, ampliada hasta
Tetuán en 1929, potenció el desarrollo del barrio.
Pasada la
calle Valdeacederas, se encontraba la calle Ntra. Sra. del Pilar y en ella la
nueva parroquia de Tetuán.
En el centro
de la explanada se situaba la plaza de toros y a su alrededor se distribuían
puestos de golosinas y churros, barracas, aparatos de feria.
En 1870 se comenzó a construir la plaza de toros de
Tetuán de las Victorias, por iniciativa de don Ramón, vecino muy popular y uno
de los fundadores de la barriada. No se tienen noticias concretas, pero parece
que este señor fue asesinado, y la plaza pasó a ser propiedad de D. Manuel
González, que la utilizaba como corral para el ganado que iba hacia el matadero
de Madrid. Posteriormente sus hijas la destinaron a parador hasta fines del S.
XIX, cuando volvió a ser plaza de toros.
En el año 1899 la adquirió don Antonio
Bertrán Bernes, quien llevó a cabo la primera reforma importante que la plaza
había de experimentar. En este año de
1899 fue reconstruida y ampliada. Ahora contaba con un aforo de 7.000
espectadores y era principalmente de madera. La nueva plaza fue inaugurada con
reses de don Félix Gómez el 11 de octubre de 1900 por Antonio Montes, que
tomaba la alternativa, y por el novillero José Palomar (Palomar Chico). A
partir de este año sobrevinieron varias reformas, hasta que en 1907 se
sustituyeron los tendidos de madera por unos nuevos de ladrillo y cemento, se
le dotó de dependencias ineludibles, incluida una enfermería, y su capacidad se
aumentó hasta 9.000 espectadores.
EL día 23 de Octubre de 1921, se celebró en
la plaza de toros de Tetuán de las Victorias una novillada que acabó en escándalo...
Debido a la pobre presencia de los animales lidiados, varias personas se
lanzaron al ruedo y mataron al último novillo. Hubo graves disturbios, un
espontáneo fue herido por asta de toro y las fuerzas del orden público hirieron
con el sable a dos espectadores
En 1924 el
empresario Domingo González (Dominguín), llevó a cabo una gran reforma del
edificio adosado al coso. En la planta baja, se instaló la oficina de la
empresa, el despacho de billetes y la enfermería; en la planta superior, la
capilla, un dormitorio, cocina y cuarto de baño para el empresario. La fachada
del edificio, de estilo Neomudéjar, como casi todas las plazas de España,
estaba realizada en ladrillo visto.
Hace
tiempo leí en El Rincón de Ordóñez que
Manolete debutó en la Plaza de Tetuán de las Victorias con picadores,
alternando con los mexicanos Liborio Ruiz y Silverio Pérez, y el español
Bonifacio Fresnillo (Valerito Chico), novillos de Esteban Hernández. Cierto es
que no cita sus fuentes, de manera que es un dato difícil de contrastar. Quien
sí tomó su alternativa aquí fue Rafael Gaona, concretamente el 31 de mayo de
1908, quien en poco tiempo se convertiría en una figura del toreo, tal como
quedó plasmado en la portada del periódico El Toreo de 1908, que refleja la
alegría del público y la recepción de Gaona como si de un héroe se tratara.
Díez
de Baldeón y López Marsa señalan que además de toros se celebraban novilladas y
becerradas o charlotadas, muy populares entre el público infantil. Servía
además para diversos espectáculos, como baile flamenco o boxeo. Según David
González, durante la guerra civil el edificio fue utilizado como almacén de
objetos requisados y posteriormente como polvorín y en 1936 se produjo una
explosión que la destrozó por completo. Este último dato tampoco está
confirmado, porque otras versiones solo afirman que quedó medio en ruinas y no
hacen referencia a la explosión.
La
de Tetuán como hemos visto, también padeció el modernismo de los multiusos aunque en este caso el definitivo,
parece ser, fuera la Guerra Civil. No obstante hay en mi recuerdo una vaga
visión de los restos de la plaza allá por 1954, en algún paseo por la zona de
la mano de mí padre Y que acompaña el recuerdo de la instalación de lo que se
llamaba “Quermés de Tetuán en las fiestas del barrio. en el lugar donde su
ubicó la plaza.
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