No soy partidario de los mano a mano por diversas razones que no vale la pena enumerar en este artículo. Sin embargo, ayer me picó la curiosidad y visioné la corrida por televisión, esperando que la quietud y la verdad torera demostrada anteriormente por Simón, pusiera en evidencia el engaño sistemático de Julian.
Pero he ahí que en tauromaquia nos existen normas y lo que hoy es blanco, se torna gris o a lo peor negro.
He leído crónicas de afamados periodista y aficionados ensalzando la tarde apoteósica, la salida a hombros de los dos espadas y la maestría de Julian una vez mas demostrada.
Al parecer se va cumpliendo el deseo de Perera cuando afirmó que sobrábamos purista y faltaban triunfalistas.
Si el toreo perfilero, de pierna atrasada, sin cruzarse y ventajista, es el que hay que premiar y ensalzar, estamos perdidos. Si a esto añadimos gatos en lugar de toros, para que queremos "Antis".
Te queda una temporada larga, de muchos festejos, impón tu criterio Alberto y no entres en el juego de los agrupados ni en la juanpedritis y continua toreando con tu verdad.
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