Hay un refrán o un dicho, no lo se bien, que reza que nadie es profeta en su propia tierra. En el mundo taurino, esto se cumple, salvo en el caso de las rutilantes figuras o donde impera el sentido común.
Conozco varios casos donde el torero de la tierra no consigue que le encartelen sus paisanos y por lo general estos se dicen amigos. Son gente nombrada por amiguismo que forma comisiones de festejos enarbolando una sabiduría del medio que suele tornarse en ignorancia en la mayoría de los casos.
Los pelotas de turno no son conscientes, que su ignorancia y afán de protagonismo les hacen cometer errores que nunca reconocerán a pesar de la evidencia. No buscan asesorías externas más profesionales, conscientes de una capacidad que no suelen tener.
La última evidencia la he conocido en el taurino pueblo de Moralzarzal. En el taurino pueblo de arraigadas tradiciones, con un prestigiosa escuela taurina, con una preciosa plaza, se ningunea al novillero del pueblo, habiéndole prometido su encartelamiento en la feria de ese municipio. Este joven torero se ha preparado durante el invierno y la primavera, para presentar su mejor imagen ante sus paisanos, sin pensar en ningún momento que la promesa se iba a romper llegado el momento y convertirla en un tentadero público.
He aquí el claro ejemplo del mamoneo de las comisiones de festejos que "ayudan desinteresadamente" en favor del consistorio a la concejalía de cultura, en la confección del programa de festejos.
Da lo mismo el tirón de taquilla que suele dar, para bien o para mal, el nombre de un paisano en los carteles.
Sra. Concejala. ¿Es usted conocedora de estos hechos?
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