Son curiosas las cosas que ocurren en el mundo del toro, este es el caso de la vuelta a los ruedos de Miguel Abellán. Tremenda temporada la del madrileño con mas de treinta festejos toreados hasta el momento.
Pero las curiosidades en el toreo casi siempre van acompañadas de nieblas o tormentas. Yo me pregunto ¿Por que el fenómeno Abellán? Está claro que el madrileño ha vuelto con el pié en el acelerador y su buen hacer contribuye a sus contrataciones, ¿Por que a ese buen hacer hay que añadirle nieblas y tormentas?
Hemos visto al torero madrileño en el mano a mano con Ferreras en El Escorial y a la exitosa corrida la ensombreció la niebla de la descarada manipulación de la astas.
Hemos visto al torero madrileño el pasado día 6 en Cercedilla y con él la tormenta creada por su apoderado hasta cambiar un toro, el más grande, y meter al sobrero en el enlotado pasando el grande a sobrero.
Y como no hay dos sin tres, fuentes amigas muy cercanas a D. Lorenzo Fraile Martín nos cuentan que a el apoderado del madrileño, no le ha gustado nada la corrida del Puerto de San Lorenzo que lidiará en solitario en la feria de Otoño de Madrid y ha pedido que se cambie.
Y yo me pregunto ¿A partir de cuantos festejos toreados empiezan las exigencias? Porque está claro que las exigencias turbias no están cerca de todos los toreros. O por el contrario estas se miden con otro rasero ¿Desde el Juli hasta..........quien?.
Los antis hacen menos daño a la fiesta que los que están dentro, que muchos estamos hartos de denunciar tropelías predicando en el desierto y que el verdadero mal son toreros, empresas y apoderados-empresarios.
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