En una de las ferias torista más importante, en el momento de aparecer las figuras, llevan con ellos el desastre de los Juanpedros cómodos y anovillados. Peligro para una feria cuyo carácter torista ha estado por encima de las figuras y en la que las figuritas actuales quieren imponer su ley a pesar de los navarros.
Curiosamente se dan en esta feria triunfos importantes de la mano de toreros del otro bando y de toros de otra sangre. Fandiño, Mora, Nazaret y Jimenez Fortes, abren la puerta grande del coso Navarro con toros de El Pilar, Fuente Ymbro y Cebada Gago.
Ferias toristas como esta o Bilbao e incluso Madrid deberían empezar a sopesar, dejar imponer a las figuritas su ley o prescindir de ellas en beneficio de la verdad taurina, porque toroeros hay llamando a las puertas de estas ferias, dispuestos a poner verdad en los ruedos y además cobran menos que los exigentes matachotos del G-10.
Son muchos los ganaderos que han eliminado sangres ancestras para iniciarse en la comercialidad del encaste bodeguero. Dice D. Javier Cañón. Profesor de la Facultad de Veterinaria de la Univ.
Complutense de Madrid. Existe un matiz fundamental a diferencia de otras razas
en cuanto a la pérdida de una ganadería brava, supone un terrible descalabro en
la cabaña porque se renuncia a un encaste entero, restando variedad genética
que es de vital importancia preservar.
Vuelve a quedar claro una vez más que el dinero está por encima de cualquier tipo de interés taurino aunque esto lleve a desvirtuar el espectáculo tan amado por muchos.
