¿Es volver a las andadas? Se concentran y no pasa nada, da igual Sevilla que Madrid y se olvidan que existe un ente, absurdo para ellos, con el que nunca han contado y que curiosamente es el que mantiene el cotarro, ¡El aficionado paganani!
En todas estas reuniones, concentraciones y saraos, nadie hasta ahora ha hecho partícipe a el aficionado y existen asociaciones y peñas con suficiente peso y antigüedad, para tomar partido y opinar que a buen seguro, estarían gustosos de participar.
Tal parece que el aficionado no cuenta en los balances de las empresas, que está dispuesto a tragar con cualquier ocurrencia empresarial. Pero no es así, si bien la afición que llevamos dentro nos puede en muchas ocasiones, hay otras que lo superamos y renunciamos a adquirir un billete. De ahí las quejas de empresas fuertes y el vacío de los tendidos, incluso en grandes ferias.
El mal de la fiesta, nos afecta a todos, pero ojo, si el aficionado se cansa, al final los afectados van a ser otros y puede ocurrir.
Otro dato curioso ocurre en la vecina Francia. Hay plazas donde la asociación de abonados, eligen las ganaderías, se exige el toro toro y se respeta la suerte de varas con la máxima integridad.
¿Quien da lecciones a quien? Sería de suponer que los franceses aprendieron de nuestra tauromaquia, aunque solo sea por la antigüedad, pero en la actualidad el alumno aventaja al profesor.
"Señores salvadores de la Tauromaquia" No confundan Tauromaquia con llenar la bolsa. Empiecen por dar pasos en favor de la fiesta y esto redundará en sus bolsillos, no empiecen a construir la casa por el tejado, cimenten bien la estructura, que se llama aficionado y terminaran con un edificio sólido y duradero.
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