El que no escarmienta sufrirá las consecuencias. Empecinarse en una idea que no ha resultado, te aproxima al fracaso.
El señor Valencia se empeña en calcar feria tras feria y La Real Maestranza de Caballería y su afición no se merecen la reiteración absurda que vacía los tendidos.
Aquel G-5 que se instauró en el coso sevillano, que se enfrentó sin pudor a sus gestores haya echado raíces y por lo que se ve, la han tomado como feudo exclusivo. Se desprecia a la afición haciéndole el juego a las rutilantes figuras y se repiten hierros exigidos sin tener en cuenta fracasos anteriores.
No se puede consentir que la segunda feria más importante del mundo taurino, viva una defenestración paulatina año tras año y que los rutilantes sigan su pavoneo blandiendo cada día más exigencias LA CASTIGARÁ HUESO ARÁFICION.
Estos hechos acarrean el peor mal intínsico para la Tauromaquia, es más dañino que los "anti" incluso que los políticos populistas que buscan el voto debajo de las piedras y lo triste es que nadie le pone coto hasta ahora.
El pasado Domingo, en el primer Encuentro Taurino de La Peña Los Areneros, estuvo presente La Fundación del Toro, representada por D. Victorino Martín y D. Borja Cardelus. Esta ejerce una labor, lenta pero efectiva en defensa de la Tauromaquia, recluta aficionados que con una muy módica cuota, que aporten además presencia y opinión para salvar algo que está dentro de cada aficionado y que intereses externos quieren destruir.
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