JULIO, TOROS, PITANZA Y COPAS

Hoy termina el ciclo de novilladas nocturnas con la gran final. Y me queda la gran duda de desvelar el porque de la mezcolanza que D. Simón, sus socios y sus adláteres, montan semejantes saraos. 

Es evidente que lo mercantil, soporta un peso importante en el misterio, pero desvirtúa el motivo por el cual abre sus puertas el COSO madrileño.
Quizás lo único bueno de esto es el horario, que a pesar de aquello de que a los toros hay que ir con sol y moscas, evita el calor y las moscas.

Hay que reconocer que el aliciente adjunto a la tauromaquia, aporta juventud a los tendidos, lo que es bueno en apariencia, que los chiringuitos que rodean la galería de los altos,  aportan variedad de viandas, en mi apreciación con poco éxito, pero los bares que explota la empresa funcionan a tope.

La evolución ha sido tal, que se está pasando de aquel horario al que aludía García Lorca, las cinco de la tarde, a altas horas de la madrugada, que no hay poeta que lo entienda.

Por otro lado, los cosos taurinos, poco a poco se van convirtiendo en los llamados pabellones multiusos y albergan, además de "espectáculos taurinos", conciertos, congresos deportes eshiviciones  e incluso mítines políticos.

Supongo que la evolución modernista, ha de llegar a también a los recintos taurinos. Plazas de carros, de talanqueras, portátiles y edificios, han albergado hasta hace muy poco los espectáculos taurinos, congregando a muchos aficionados. Pero hay que reconocer y admirar,que los pabellones multiuso aportan comodidad y bienestar a sus ocupantes, "aunque no dejen fumar" 

A los aficionados añejos, los que por ley de vida vamos quedando menos, no nos gusta el multiuso de las plazas de toros,y sus horarios, aunque en muchas ocasiones hemos ido, hace años, a las nocturnas a llevas a hijos y nietos al espectáculo del Bombero Torero, en el que se lidiaba un becerro en la parte seria y de donde han salido muchos grandes matadores y donde se han despertado muchas aficiones.
La evolución avanza, las nuevas generaciones van arroyando poco a poco las tradiciones y adaptándolas a su entorno y a nosotros no nos queda más remedio que tragar más que nos pese.