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sábado, 21 de mayo de 2016

TARDE DE CLAVELES Y NO HAY BILLETES

20/05/2016. Madrid las Ventas. Decimoquinta corrida. Lleno. Cartel de no hay billetes.

Toros de ALCURRUCÉN. Serios de presentación,  mansos y de juego desigual.
 
EL JULI. Pinchazo hondo y once descabellos. Un aviso. Pitos. Estocada. Silencio
SEBASTIÁN CASTELLA. Pinchazo y estocada caída. Palmas. Pinchazo y estocada caída. Silencio.
JOSÉ GARRIDO. Estocada caída. Un aviso. Saludos con protestas. Dos pinchazos, estocada caída. Un aviso. Silencio.



No dieron la talla los Nuñez de Alcurrucen. Fue una corrida falta de casta, con sosería y morucha que puso a los coletas fuera de su órbita.
Siempre desde que yo recuerdo, en San Isidro hay una fase cuesta abajo, de tarde sosa y aburridas donde nada esta bien, pero es solo una fase que cuando menos lo esperas remonta y circunstancialmente nunca con una figura rutilante. Hasta ahora no ha habido la faena rotunda, orejas salpicadas unas de valor, otras cicateras y una puerta grande de corralito peruano.

Las figuras rutilantes ya han dejado el primer sello, Talavante, Perera, El Juli, Castella, solo falta Manzanares. Como siempre han pretendido hacer faena sin toro, cosa que resulta algo difícil, el toro acoplado al gusto de los rutilantes, debe tener dos condiciones, no asustar y dar vueltas, entonces se produce la fusión y aparece el toreo moderno fuera de la suerte y perfilero que los del clavel aplauden con fuerza y admiración, ¡Pobres incautos! Ellos jamás vieron a figuras del toreo de verdad, no vieron faenas de veinte muletazos que abrían puertas grandes. Hoy, salvo pocas excepciones, las faenas son de cincuenta o más muletazos, cuando el toro da vueltas y las series se ligan, da lo mismo que el torero este cruzado, que cargue o descargue la suerte, el caso es que el toro siga dando vueltas, Pero he ahí que si el toro se para y no da vueltas, o le sale un ápice de la tan molesta casta, entonces se jodió el invento y empiezan las carreras, los trapazos , los desarmes y con ellos la inquietud del matador podido por la "fiera", nerviosismo y para joder más el del palco dando avisos.
El balance de la tarde de ayer, se limita a un comienzo de hinojos de Garrido, donde consiguió algún redondo de calidad, y ahí terminó la tarde.

Este es el reflejo de una tarde de las de cuesta abajo en un San Isidro cualquiera de los últimos años. Pero amigos seguro que esto remonta como hizo en años anteriores.

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