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martes, 16 de agosto de 2011

ESPERANDO A UN TORERO

Así ha estado Madrid la tarde de su patrona, La Virgen de la Paloma hace ya tiempo que extendió su manto y acogió a su hijo torero, pero esta tarde lo encumbró. Desde su debut con picadores hace diez años, la alternativa en Borox hace cinco y la confirmación en San Isidro hace dos, David Mora ha evolucionado de tal forma que se ha convertido en un torero de los pies a la cabeza. Torero para recibir a sus oponentes con un capote magistral, torería para cuidar su lidia y maestría para someterlos.
Mercenario, 3º de la tarde, manseó de principio marchándose de varas, bien lidiado en banderillas, llegó a la muleta con poca entrega, pero David con extrema suavidad lo ha ido metiendo en el canasto hasta conseguir que el mulo pareciera un toro y entonces lo ha lidiado despacito, con mano baja y maestría, lástima el inoportuno pinchazo cuando tenía una oreja en el esportón. Vuelta ovacionada, curiosamente antes no vimos ni un pañuelo en los tendidos. El sexto de nombre Cascabel lo recibe David con verónicas rodilla en tierra para continuar de pie y rematar con media, galleando por delantales lo lleva ante el montado, el toro aprieta en varas y David regaña al jinete, la vara ha sido demasiado larga, en la segunda lo mide, está pendiente de todo, va por delante Felix Jesús Rodriguez que deja un gran par, hace lo mismo Victor Manuel Martinez y remata el tercio Felix Jesús mejorando el primero, los dos se desmonteran. David brinda al público, llama a Cascabel desde el centro del anillo y el toro viene pronto desde el burladero de la 2ª suerte, ha comenzado la simbiosis, toro y torero se entienden a la perfección y danzan entre plástica y belleza, la plaza es un olé a cada embroque, se escucha una voz desde el 4 ¡Aquí huele a torero! es tarde de triunfo y David lo sabe, cuida el cuadre del toro, lo tiene que matar bien, se perfila y cobra una entera pero no está bien y esto es Madrid, la espada está tendida y algo desprendida, el toro dobla y Las Ventas se pueblan de pañuelos, el Presidente tarda, por fin concede la oreja, se pide con fuerza la segunda, David mira al palco, no hay pañuelo, ha visto por un momento las luces de la calle de Alcala, pero el cerrojo del portón del 7 se ha cerrado, otra vez será estate seguro David. ¡Madrid tiene otro torero!

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