Novillos de Daniel Ramos Alfonso. Que tomaba antigüedad. Bien presentados, mansos y flojos.
MAZZANTINI. Estocacada. Un aviso. Palmas. Dos pinchazos. media caída. Un aviso. Saludos.
JAVIER DE PRADO. Dos pinchazos. Silencio. Cinco pinchazos. Bajonazo. Dos avisos. Silencio
ALEJANDRO FERMIN. Bajonazo. Vuelta por su cuenta. Cuatro pinchazos, pinchazo hondo. Dos avisos. Silencio.
Muy mansa la novillada y mal cartel del nuevo miembro de la UGTL al tomar antigüedad en Madrid. La novillada, fue una mansada de cencerro, barbeando de salida, huidiza de los caballos, sin clase, rajados y con poca fuerza.
Como decía el Maestro Antoñete, cuando la nube viene de Toledo, es seguro el aguacero y se cumplió el dicho y los tendidos se vaciaron en el primero, para dar lleno a los altos, palcos gradas y andanadas, acogieron a los que huímos del aguacero.
El mal material desbarató las ilusiones de los noveles, la desapacible tarde puso su grano de arena al desastre y la bisoñez de la terna, contribuyó al desastre de tarde taurina. No cabe destacar nada de lo realizado por la terna, toreo perfilero, fuera de las suertes, desastre con los aceros, es decir el toreo moderno del que ya hablé en mi última publicación.
DESTACABLE:
El respetueoso minuto de silencio, como efemérides de la muerte de Manolete y del Yiyo. La ovación para Joselito Rus, de la cuadrilla de Mazzantini y el buen hacer en la brega y banderillas de Yelco Álvarez y Fernando Sánchez, en la de Alejandro Fermín.
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