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domingo, 30 de abril de 2017

ME CUENTA PACO, INMENSO FERRERA

29/º4/2017. Plaza de la Real Maestranza. Quinta corrida. Casi lleno.
Toros de VICTORINO MARTÍN. Bien presentados, de juego desigual


ANTONIO FERRERA. Pinchazo y estocada caída. Saludos. Estocada. Un aviso. Una oreja.
MANUEL ESCRIBANO. Pinchazo, estocada trasera y dos descabellos. Silencio. Estocada caída y tres descabellos. Un aviso. Saludos.
PACO UREÑA. Estocada. Una oreja. Cuatro pinchazos y dos descabellos. Silencio.






Ayer quedó claro que cuando hay un toro en la plaza la afición ni pestañea. El hartón de toros clonados se olvida cuando se vive una emoción como la que nos regaló Ferrera, Lo diverso que trajo Victorino a Sevilla también es de agradecer, hubo dos primeros toros de interés que se acabaron pronto, un tercero que desorejó Ureña, un cuarto que se quiso comer a Ferrera al que sometió  el espada, un quinto con mucha clase y un sexto descastado que se paró. Con este guiso Victorino salió de la Maestranza mas que contento.

Ferrera dio ayer una clase de sabiduría torera, de saber lo que significa ser director de lidia, cosa casi olvidada, de valor, de vergüenza torera y de saber jugarse la vida. En el que abrió plaza, que llegó muy corto a la muleta y se paró rápido hizo un toreo deslucido de mucho poder, ganando la partida y haciendo recular al toro con un arrimón de mucho valor. La faena del cuarto, fue una faena de poderío torero a un toro fiero, Victorino de los de antaño, que se revolvía en cada muletazo, que no daba tregua y al que  el torero respondió con un tremenda carga de valor, de saber lidiar y someter hasta conseguir un final de faena obligandole a obedecer y hacerle pasar. Una faena difícil de ver hoy día. Durante toda la corrida estuvo pendiente de lo que pasaba en el ruedo, asistió a quites, invitó a Escribano en el primer pareo y a José Manuel Montoliu en el segundo, como homenaje al 25 aniversario de la muerte de su padre en esta misma plaza. En definitiva, nos dio una tarde completa de torería.

Escribaano tuvo en sus manos dos de las vertientes de Victorino, en el segundo no encontró el sitio para acoplarse a una embestida incierta para al fina pararse. El quinto fue el Victorino dulce que arrastra el morro y obedece, pero el sevillano se quedó en el intento, algún muletazo suelto y el error con la espada. También hay que apuntarle el arriesgado tercio de banderillas al quinto.

Ureña, instrumentó una faena incompleta pero práctica al tercero de la tarde, utilizó como recurso sabio los naturales de frente sin intentar el toreo al natural continuo que le hubiera propiciado mas rotundidad y el toro lo pedía, estuvo bien en el toreo en redondo y certero con la espada. El sexto, desfondado y parado le dio pocas opciones.

Gran tarde a tenor de lo visto hasta ahora. Victorino volvió a dejar sello en la Maestranza, nos convenció con esa diversidad que avala su encaste. Me voy pa la feria que la noche será larga.

Me alegro por la corrida y que te diviertas en la feria.

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