En la antigua Grecia fue donde se conocen los primeros espectáculos con toros y a lo mejor está ahí la solución.
Lo difícil dentro de la Tauromaquia es ser concorde. Las voces que se alían en reivindicar la valía, la tradición y su propia cultura artística, pululan debatiéndose entre acosos, detractores, antagonistas e instituciones que practican una guerra desatada por su desconocimiento. A eso se suman políticos para rodearse de una aureola animalista, que no tiene otro fin que la captación del voto tonto.
Lo triste es que la defensa de sus valores, se individualiza en opiniones, algún coloquio intrascendente y opiniones escritas en las redes sociales.
La conclusión de la hipotética defensa de los taurinos es tan irracional como el número "áureo" ya que su representación decimal no tiene periodo. Tiene cojones que halla que citar a Euclides y a el álgebra para la concordancia de los taurinos, cuando sería mucho más sencillo, aplicar la teoría del "punto gordo" que tiene el mismo valor que el "áureo" y es más comprensible y demás cabida de elementos numéricos abstractos
Señores/as, seguir mareando la perdiz no nos lleva a nada, es cierto que la verdadera defensa deben hacerla los profesionales "que son los que más pierden", pero al ser los aficionados muchos más en número, habrá que aplicar el álgebra y el famoso número "áureo" si queremos que esto siga.
¡Que hacer? Lo primero consensuar la defensa y partiendo de la premisa hacerse oír y también hacerse ver, dejémosnos de actuaciones lucidas y pasemos a las prácticas, busquemos ideas que se plasmen en papel y démoslas continuidad, no podemos estar callados siendo los que somos.
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