13/05/2022 Madrid. Las Ventas. Sexta corrida. Lleno. Toros de Jandlla/Vegahermosa, bien presentados, los de Jandilla, flojos, descastados, el toro de Vegahermosa tuvo fondo para regalar alguna embestida.
Alejandro Talavante, de catafalco y oro. Estocada trasera y atravesada y estocada desprendida y descabello, silencio. Estocada trasera. Un aviso, una oreja. Estocada desprendida, silencio.
Juan Ortega, de tabaco y oro. Estocada corta silencio. Media estocada silencio. Estocada corta silencio
Volvió la sombra de Domecq a Madrid con un encierro que solo tenía presencia, flojos y sin casta. Una moruchada infumable, indigna para un ferial de la importancia del patrón de los madriles.
Se esperaba la vuelta de Alejandro Talavante, Tal fue así que al romper el paseíllo Madrid regaló una ovación tan extensa como incierta. Salió Alejandro al tercio a saludar a la ovación, al no cejar las palmas, lo hizo Ortega y a resultas de lo continuo se arreciaron las palma para sacar al tercio a ese sobresaliente que apechugó con cinco toros al caer herido Emilio de Justo en tarde fatídica de la encerrona.
De lo ocurrido en el ruedo solo cabe recordar el toro de Vegahermosa que permitió alguna alegría. Tardó mucho en verlo el de Badajoz y la reacción se produjo cuando bajó la mano y templó algunos muletazos a los que les faltó continuidad, pero la caldera se encendió y a pesar de la falta de rotundidad de la faena, el respetable tiró de pañuelos y consiguió que le otorgaran un despojo.
El resto de la tarde se fue diluyendo en el desconcierto de Ortega que no estuvo, que no supo al que superó la desgana y le vino grande Madrid y las faenas de soserías, de desconcierto, llenas de trapazos, de enganchones y desarmes de ambos matadores
Es doloroso para el aficionado y suele ocurrir con frecuencia, cuando se espera sobre el papel, una tarde de triunfo, que quede todo en un fiasco de toros y toreros.
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