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sábado, 21 de mayo de 2022

EL QUINARIO DE UN TORERO HONRRADO

 21/05/2022 Madrid. Las ventasDecimocuarta corrida de San IsidroToros de diversos encastes. 1º de la Ventana del Puerto: flojo dio pocas opciones; 2º Domingo Hernández, nos engañó de salida y acabó yendo a menos, 3º Adolfo Martín: de corto recorrido sin entregarse ; 4º José Vázquez: sin fondo, ni clase; 5º Juan Pedro Domecq, inválido devuelto; 5° bis de Mayalde: nobleza y buen fondo, 6º Victoriano del Río: manso descastado.


Paco Ureña en solitario, 1º pinchazo media y dos descabellos, silencio 2º media en su sitio, ovación con saludos, 3º pinchazo, estocada y nueve descabellos silencio, 4º tres pinchazos y estocada silencio, 5º bis Estocada, oreja  6º Pinchazo y estocada desprendida    saludos.




































Con estos mimbres no se pueden hacer canastos. Queda una duda, si Ureña salió en volandas de de Las Ventas en la feria 2019, anterior a la Pandemia y me pregunto, ¿No se merece entrar en una terna al menos en un par de tardes?¿De quien ha sido la idea de hacerle pasar este quinario?. La ilusión de encartelárse en la feria mas importante del mundo, se truncó con un saldo de moruchos de escasa presencia.

No faltó en toda la tarde el pundonor del torero en el intento de sacar algo de esa piara de bueyes y fue de valor humano los leves retazos obtenidos. La "suerte" llegó con la devolución del que hizo 5º, un impresentable manso descastado y carente de trapío de Juan Pedro Domecq. Esto propició la salida del de Mayalde, para que el torero se "sacara" la espina del desastre, para colmo en medio de la faena, empezó a diluviar, primero las aguas y otra lluvia de almoadillas que tuvieron que retirar con presteza la cuadrilla de areneros.

Todo este sainete, mientras Ureña cuajaba una tanda de derechazos erguido de mano baja y profundidad, en el intento de salvar en lo posible aquel o parte del desatino. Pero quedaba un cartucho en la recamara. Los huidos por la tormenta volvieron en parte a ocupar sus localidades y saltó a la arena Disparate. Haciendo honor a su nombre, el cartucho fue un petardillo de feria de los que tiran los chiquillos para hacer ruido. A la salida, no se hicieron los corrillos habituales. Como decía mi abuelo, cada mochuelo a su olivo y la gente tomó las villa diego.

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