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jueves, 12 de mayo de 2022

EL TORERO DE LAS DOS VERSIONES

 11/05/2022 Madrid. Las Ventas. Cuarta corrida de San Isidro. Asistencia: 22.964 espectadores. Toros de La Quinta, procedencia Santa Coloma, de juego muy desigual, les faltó humillación.




Morante de la Puebla, de gris y azabache. Estocada caída, silencio. Dos pinchazos y bajonazo, pitos. 

El Juli, de azul noche y oro. Estocada trasera, una oreja. Dos pinchazos y dos descabellos, vuelta. 

Pablo Aguado, de verde inglés y oro. Estocada caída y trasera, silencio. Pinchazo y estocada corta, silencio.















Se llama Julián y es madrileño. No es Las Ventas una plaza de grandes éxitos para el madrileño. En su entorno tiene mas detractores que afines, pero si es plaza que sabe reconocer lo bueno y lo malo del toreo.

Dos versiones presentó Julián ayer, la de siempre, con ese toreo anodino, de ventajas que no gusta en Madrid y que él adorna con maestría y engaña a pocos. Sabe calentar el ambiente con pinceladas, ayer lo hizo con un quite por verónicas, lentísimas, con carencia y desmalladas que encendieron la caldera y nos dejó esperando lo bueno. No fue así, cortó una oreja de cabeza de partido, de las de poco peso en Madrid. El 5º de nombre Ganafote, cinqueño pasado, entró en liza sin llamar la atención, salió suelto de las llamadas y fue discreto en el caballo.

Optó Julián por pedir la pelea en los medios y el toro quiso imponerse con dos avisos. Julián sacó esa maestría, que pocos habíamos visto en otras ocasiones y fue dibujando una faena de auténtico valor, poder y mando para dominar a un toro que tenía mucha miga, que facilidades dio muy pocas y tuvo que rendirse a las solicitaciones de su matador.

Madrid estaba de pie en sus asientos, cada muletazo una ovación y la puerta grande entreabierta, pero falló la espada.

Ayer hubiera sido algo que a buen seguro lleva esperando Julián desde la feria de otoño de 2017.













El resto de la tarde, careció de valor, los toros de La Quinta muy por encima de Morante y de Aguado. Ambos estuvieron perdidos en un mar de desatinos, desganados, sin sitio. A Madrid no se puede ni se debe venir a mal cumplir el expediente y llevarse el parné sin ganárselo

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