EL YIYO
Aunque nacido en Francia, por ser hijo de emigrantes, siempre se consideró del madrileño barrio de Canillejas donde se crio, siendo alumno destacado de la Escuela Nacional de Tauromaquia de Madrid. Formó junto a Lucio Sandín y Julian Maestro la 1ª promoción, denominada Loa Principes del Toreo. En el mes marzo de 1980 debutó con picadores en San Sebastián de los Reyes, donde compartió cartel con Carlos Aragón y Antonio Amores. Ese mismo año encabezó el escalafón novilleril y consiguió el famoso Zapato de Oro de Arnedo.
Recibió la alternativa como torero el 30 de junio de 1981 en Burgos de manos de Ángel Teruel y con José María Manzanares como testigo, con el toro «Comadrejo» de J. Buendía.
Su confirmación fue el 27 de mayo de 1982 en la Feria de San Isidro con José María Manzanares como padrino y Emilio Muñoz como testigo, con el toro «Bohemio» de Félix Cameno.
Yiyo compartió cartel con Francisco Rivera «Paquirri» el día de la muerte de este último, provocada por una cornada del toro «Avispado» el 26 de septiembre de 1984, en la plaza de Pozoblanco, once meses antes del fallecimiento de «El Yiyo» en circunstancias similares. En ese mismo cartel estaba Vicente Ruiz "El Soro", que años después sufriría una lesión en la rodilla derecha que le obligó a retirarse de los ruedos.
Estando en la cumbre de su carrera como torero y con gran popularidad, el 30 de agosto de 1985 sustituyó a Curro Romero en la plaza de toros de Colmenar Viejo, actuando al lado de Antonio Chenel «Antoñete» y José Luis Palomar, con toros de Marcos Núñez. El sexto de la tarde, de nombre «Burlero», permitió a José Cubero «Yiyo» una lidia muy artística que fue coronada con una soberbia estocada de la cual salió rebotado el torero. El astado, al sentirse herido de muerte, tiró el derrote seco al cuerpo del diestro, penetrándole la espalda y alcanzando el corazón, provocando así su muerte instantánea. José Cubero tenía 21 años y fue enterrado en el Cementerio de la Almudena de Madrid. Posteriormente, se levantó un monumento en su honor frente a la Plaza de toros de Las Ventas en Madrid
La muerte de un torero
“A
José Cubero YiYo”
Quiso
Dios que te sentaras, aquella tarde a su lado.
A
cruel festejo llegaras, de aquella forma invitado.
Te
quitó la vida un toro, donde mueren los valientes.
Vestido
de grana y negro, para orgullo de las gentes.
Toro de
negras entrañas, dime por qué le has llevado.
Suenan
clarines de luto, llora una medre a su lado.
Lanza
plegarias al cielo, con el pecho desgarrado.
Quiso
Dios que te sentaras, aquella tarde a su lado.
Para
ver morir a un hombre, con apenas veinte años.
Torero
de grandes obras, no conociste tu gloria.
Pero
quedó para siempre, en nosotros tu memoria.
Quiso
Dios que te sentaras. Aquella tarde a su lado.
Compendio
de malas suertes, con el toro estoqueado.
Herido
de muerte fuiste, por Burlero en el costado.
Con
el corazón partido, tus amigos te llevaron.
Quiso
Dios que te sentaras, aquella tarde a su lado.
Llevarte
tan pronto al cielo, con apenas veinte años.
Príncipe
de Querubines, te tenga Dios a su lado.
Quiso
Dios que te sentaras, aquella tarde a su lado.
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