Toros de LAGUNAJANDA. Bien presentados, mansos y flojos.
JUAN DEL ÁLAMO. Estocada caída. Silencio. Pinchazo y estocada. Silencio.
FORTES. Estocada. Un aviso. Vuelta con protestas. Estocada y descabello. Un aviso. Silencio.
ROMÁN. Pinchazo hondo y nueve descabellos. Un aviso. Saludos. Pinchazo y estocada corta y cuatro descabellos. Un aviso. Silencio.
Un encierro parejo y con hechuras, pero descastado y flojo. Hasta ahora no ha salido un toro bravo del encaste bodeguero. Toros de dos camadas saltaron al ruedo venteño y de la misma condición. Poco trabajo para los picadores que en la mayoría se aliviaron con una varita y un picotazo, tan solo el quinto metió riñones y se empleó.
Una terna de tres jóvenes necesitados de triunfo, se estrellaron con los mansos en una labor ardua y sin transmisión. El salmantino, especialista en cortar orejas de una en una en Madrid, busca dejar el sello de la puerta grande, pero ayer no era el día, se empeñó hasta el aburrimiento. Fortes hizo el alarde del valor en el segundo con insistencia que le pudo costar caro y en el quinto con un arrimón que el toro no se merecía y Román consiguió algún muletazo suelto en breves momentos que el toro le regaló con alguna embestida clara. Ahí quedó todo.
Volvemos a insistir en el nivelado del ruedo, los mansos en su condición aprietan para los adentros, pusieron en aprietos a los banderilleros, Cándido Ruiz y Ricardo Izquierdo, el Sirio, pasó del apuro al susto, estuvo a centímetros de sufrir un percance y Del Alamo, desarmado tuvo que poner pies en polvorosa y esconderse en el burladero del 5.
Se desmonteró, Raul Martín, en un buen para al sexto.
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