CRUZADITO Y CON LA PATA PALANTE

El que quiera que elija

Mi abuelo, al que agradezco el veneno taurino que me metió. Siempre me decía, cruzadito y con la pata palante.

Hoy, leo en Pureza y Emoción, un articulo de Felipe Garrigues, sobre la polémica del toreo moderno frente al toreo anterior y pone de árbitro a Paco Camino. Me parece bien lo que digan, pero yo he visto torear antes. Clara y acertada la respuesta del sabio de Camas.

Yo también he visto torear antes y a pesar de la evolución del toreo actual, nadie me va a convencer para que acepte las ventajas.

Estas empiezan, en el campo. El toro adaptado que se cría para que las figuritas se luzcan y mantengan su estatus, está muy lejos del de aquellos tiempos, se pasa de la bravura, la casta y también la mansedumbre encastada, en definitiva de las dificultades, al toro de carril, con más presencia pero con tontuna en lugar de casta. El que ha dado con hierros legendarios al ostracismo o al matadero.

Los practicantes del toreo moderno, han contaminado a las escuelas. Amén del problema de los pocos festejos menores que se dan, los novilleros tienden a imitar a las figuritas y lo primero que aprenden son las ventajas y como consecuencia no salen novilleros que puedan inquietar a la cabeza del escalafón.

Otro mal, es el mando establecido. Las rutilantes figuras salen desde el principio de temporada con las corridas y ferias que quieren, firmadas, dejando sobras para el amplio escalafón de toreros.

Por otro lado, no existe la competencia entre toreros. Aquellos piques entre maestros, si tu te arrimas, yo más, si tu cortas una oreja, yo salgo a por dos, que llenaban de emoción tardes inolvidables, pasaron a la historia.

Uno que lleva viendo toros desde los años sesenta, ¿Creéis que me van a convencer?

Os preguntaréis Y por que vas a los toros? Por afición, por si suena la flauta y veo una serie de muletazos que valga la pena y por mis amigos.