04/06/2019. Madrid. Las Ventas. Vigesimosegunda de abono. Más de media entrada.
Toros de LAS RAMBLAS, desiguales de presentación y juego, mansos excepto el segundo, que tuvo movilidad.
MORENITO DE ARANDA. Media estocada tendida y trasera. Saludos. Dos pinchazos, media estocada tendida y descabello. Silencio.
JUAN DEL ÁLAMO. Media tendida y trasera. Saludos. Bajonazo. Saludos.
TOMÁS CAMPOS. Tres pinchazos y tres descabellos. Un aviso. Silencio. Pinchazo y estocada desprendida- Silencio.
Catalogar el encierro de esta tarde, sería alabar la mejor faena, la de los desolladores, porque de carne iba sobrada, de mansedumbres y de malos modos también. Una corrida bronca que no humilló, echó la cara por los aires no permitiendo el toreo.
La astucia del aficionado madrileño quedó patente en la designación de este como festejo a descartar del abono, registrándose la peor entrada de la feria.
Una terna de toreros con necesidad de tardes que no tuvieron apenas opciones con el encierro de Las Ramblas.
El de Aranda ni con su delicado uso del capote pudo brillar y con la muleta no pasó de leves intentos desbaratados por los moruchos de su lote que se negaron a humillar.
El salmantino, que enlotó el mejor manso de la tarde, estuvo demasiado ligero, poco centrado y arroyado por las prisas, una faena acelerada en la que hubo algún muletazo suelto, pocos ya que la mayoría lo fueron sin ritmo y aprovechando el viaje.
Campos hizo el esfuerzo de querer agradar pero su lote, al igual que el resto, no estaba en la onda que requería el torero, error de bulto fue el toreo a media altura y de tirar lineas y cambiar la técnica por valor, este último le pudo costar el percance cuando Taleguilla, empitonó al coleta por la misma taleguilla y por suerte todo quedó en el enganchón, porque el animalito no hizo el menor gesto de dañar al extremeño. En la segunda parte del serial, Campos se lió en un carrusel de trapazos y enganchones.
Una terna de toreros con necesidad de tardes que no tuvieron apenas opciones con el encierro de Las Ramblas.
El de Aranda ni con su delicado uso del capote pudo brillar y con la muleta no pasó de leves intentos desbaratados por los moruchos de su lote que se negaron a humillar.
El salmantino, que enlotó el mejor manso de la tarde, estuvo demasiado ligero, poco centrado y arroyado por las prisas, una faena acelerada en la que hubo algún muletazo suelto, pocos ya que la mayoría lo fueron sin ritmo y aprovechando el viaje.
Campos hizo el esfuerzo de querer agradar pero su lote, al igual que el resto, no estaba en la onda que requería el torero, error de bulto fue el toreo a media altura y de tirar lineas y cambiar la técnica por valor, este último le pudo costar el percance cuando Taleguilla, empitonó al coleta por la misma taleguilla y por suerte todo quedó en el enganchón, porque el animalito no hizo el menor gesto de dañar al extremeño. En la segunda parte del serial, Campos se lió en un carrusel de trapazos y enganchones.
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