29/09/2017 Madrid. Las Ventas. Quinta corrida de abono. Mas de media entrada.
Toros de NÚÑEZ DEL CUVILLO. Desiguales de presentación y juego, en general mansitos.
CASTELLA. Estocada caída. Un aviso. Silencio. Estocada desprendida. Un aviso. Silencio.
PACO UREÑA. Estocada caída. Un aviso. Una oreja. Bajonazo. Un aviso. Saludos.
LUIS DAVID ADAME. Bajonazo. Palmas. Dos pinchazos y media estocada. Palmas.
Blando, manso y con poca presencia, así fue el encierro de D. Joaquin, pero tuvo algún retazo de clase. Aquello que se preveía sigue pasando, el toro ha desaparecido de la feria de Otoño, ha vuelto el toro tonto, de carril y que da pena en lugar de miedo.
La terna con el remiendo de Ureña en lugar de Ferrera por lesión, encartelaba al confirmante Adame y al francés Castella.
Saltó a la arena Esparraguero para abrir plaza, casi acorde con su nombre, mas parecía un espárrago que un toro, el animalito pasó el trago y llegó a la muleta con toda la intención de ayudar, pero el mejicano se empeñó en un mar de desatinos, fuera de la suerte, perfileando y exagerando las distancias. En el que cerró plaza, volvió Adame a las distancias exageradas y al destoreo. Acabó con el arrimón de costumbre. Suspenso Luis David.
Ureña se encontró de sopetón con la sustitución y no le sentó bien, es torero de la casa al igual que Juan Bautista y hay que apencar con lo que necesita el jefe, las cosas del querer, sin rechistar.
Cobró una oreja de Forajido, copiando a los demás, ese estilo de dar vueltas y ligar muletazos dando igual las distancias y la colocación, abandonando los conceptos que le abrieron puertas, una oreja de cabeza de partido y no de Madrid. En el quinto se diluyó en el mismo estilo y entre enganchones, toreo en las alturas y trapazos, quedó todo. Nos ha dejado Paco con un agrio sabor y una duda, ¿Se estará adaptando a lo comercial?
Castella, en su línea, necesitó mas motor para desarrollar su toreo y los cuvillos andaban poco, intentó las monerías de siempre pero faltaron contrarios.
Se destocaron Miguel Martín y Fernando Sánchez en el pareo del sexto.
Ureña se encontró de sopetón con la sustitución y no le sentó bien, es torero de la casa al igual que Juan Bautista y hay que apencar con lo que necesita el jefe, las cosas del querer, sin rechistar.
Cobró una oreja de Forajido, copiando a los demás, ese estilo de dar vueltas y ligar muletazos dando igual las distancias y la colocación, abandonando los conceptos que le abrieron puertas, una oreja de cabeza de partido y no de Madrid. En el quinto se diluyó en el mismo estilo y entre enganchones, toreo en las alturas y trapazos, quedó todo. Nos ha dejado Paco con un agrio sabor y una duda, ¿Se estará adaptando a lo comercial?
Castella, en su línea, necesitó mas motor para desarrollar su toreo y los cuvillos andaban poco, intentó las monerías de siempre pero faltaron contrarios.
Se destocaron Miguel Martín y Fernando Sánchez en el pareo del sexto.
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