A HOMBROS DE LA MISERIA

30/09/2017. Madrid. Las Ventas. Sexta corrida de abono. Más de tres cuartos de plaza.

Toros del PUERTO DE SAN LORENZO y un sobrero de SANTIAGO DOMECQ lidiado en tercer lugar. Fríos de salida, con clase 1º y 4º y con movilidad el resto.

MIGUEL ÁNGEL PERERA. Estocada delantera y dos descabellos. Un aviso. Una oreja. Pinchazo y estocada. Una oreja.

JUAN DEL ÁLAMO. Dos pinchazos y estocada corta tendida. Silencio. Estocada. Un aviso Silencio.

LÓPEZ SIMÓN. Pinchazo, pinchazo hondo y descabello. Un aviso. Silencio: Estocada que atraviesa, pinchazo y estocada Palmas.

Tuvo diversidad el encierro de D. Lorenzo Fraile, dos toros en la línea Lisardo-Atanasio, fríos de salida y con clase en la muleta, que cayeron en el mismo lote en beneficio de Perera. Caracorta y Tanguistero, sirvieron para triunfo y para lavar la imagen del ganadero en San Isidro. Muy pobre la pelea en varas en general y mansos 3º, 5º y 6º.

Con tan buena suerte, Perera, instrumentó dos faenas del mismo corte, toreo modernista, muy alejado de las distancias con algún muletazo ajustado en la vorágine de las vueltas y vueltas, pero consiguió llegar a los tendidos donde se ubica la afición joven a los que contagió la locura.

Torear es otra cosa y las "figuritas" inventoras del sistema, gobernadores de los festejos, hacen y deshacen a su antojo y lo peor es que esa juventud, futura afición en ciernes, evoluciona al unísono para instaurar este toreo y  enardecerse con su  falsedad al no haber conocido el de verdad.

Hay que destacar que gran parte de la primera oreja, la debe Perera a su cuadrilla, la colocación, la dulzura en la brega de Javier Ambel, el pareo de Curro Javier y Guillermo Barbero, consiguió alta nota y nos puso de píe a todos.

El salmantino del Alamo, no entendió a los toros de sus paisanos, enlotó dos toros agrios foljos y mansos y no supo resolver el problema, mucho enganchón, muy descolocado, huidizo,  en definitiva mandaron los toros a pesar de su mansedumbre y el torero pasó inédito.

Al de Barajas, le devolvieron a Ventanero, que de salida se protestó al ser el mas chico del encierro y se tragó el sobrero de Santiago Domecq, un burraco que dijo poco y al que Alberto despreció. El sexto un manso corretón que huía de la pelea, en varas y en banderillas, barbeó la plaza en varias ocasiones y se planto a la espera de su matador en la puerta de chiqueros. Sorprendentemente, Simón brindó al público, se lo llevó a los medios y le metió en la muleta. ¿Tuvo mérito el madrileño? Sí el de sujetar al morucho en el centro y medio quitarle las querencias hasta el final de la faena, donde se rajó. Mató muy mal.