El toreo moderno se basa en defectos de figuras de antaño, no en las virtudes que los pusieron en la cúspide. Es el título de artículo que publica el maestro Pepe Luis Vargas en Pureza y Emoción y me alegra que el maestro piense como yo o mejor dicho, yo piense como él.
No hace mucho, en un fortuito coloquio a la salida de una novillada nocturna en Las Ventas, se planteo el mal estilo de los novilleros en su mayoría, ese toreo desabrido , lateral y perfilero.
Le exposición que hace el maestro en su escrito, deja patente la perfección del toreo:
La suerte debe cargarse no desplazando al toro hacia fuera (que es un vicio moderno) sino enseñando el camino al toro, y al engancharlo adelantar la pierna y asentarse sobre ella. Si no te cruzas sólo dejas pasar al toro a su aire, sin someterlo ni obligarlo a ir por donde tú mandas, y eso es sólo dejarlos pasar, no torear.
Debe echarse la bamba en el hocico del toro para, arrastrando la muleta por el albero, llevarlo prendido en los vuelos. Y muy ceñido, casi rozando los muslos del torero, derecho y con empaque, templar la embestida al giro de la cintura para sacar la muleta por debajo de los pitones con el suave giro de la muñeca, y acompañando con el pecho para dejarla allí muerta, en el hocico, y ligar seis o siete muletazos con hondura, verdad y toda el alma puesta, olvidándose totalmente del cuerpo y del riesgo.
En el mencionado coloquio, hubo quien criticó mi fidelidad al estilo plasmado en el escrito del maestro y mi negativa a evolucionar.
Este año, ocupo una nueva localidad, dada mi condición de jubilado, formando parte del "senado" de mayores en la andanada del 8. Allí, afortunadamente, escucho los comentarios añejos de aficionados con solera y estos difieren poco de lo que el maestro expresa en su escrito, es decir, la proximidad a la verdad del toreo.
Será muy difícil que tanta verdad sea un error y mas difícil que tanta experiencia se borre de sus cabezas por una opción de cambio falsa y engañosa.
¿Quién debe cambiar? Ha de ser muy difícil el cambio dada la contaminación que hay hoy en el toreo y que las escuelas fomentan, asemejando la verdad a el toreo, al moderno que practican las figuras de alto caché, imitados por novilleros y noveles.
La triste conclusión es, el cambio de las tendencias y otro factor importante también perdido es, la falta de competencia entre matadores.
Estando de acuerdo en que eso es el toreo, falta la definición de cargar la suerte, no es sólo adelantar la pierna contraria, si no meter los riñones y la verticalidad en el pase.
ResponderEliminarEn cuanto a la competencia entre matadores, un mal que puede tener varios motivos, quitando los cinco o seis que van de figuras y por lo tanto eligen con que y con quién, el mayor factor de culpabilidad lo tienen los empresarios-apoderados que prefieren intercambiar cromos en sus ferias y poner a sus figuritas en varias corridas con otros sin tanto cache y que por supuesto salen mas baratos, ya que les van a liquidar a final de año sin importar las corridas en las que actúen, otro tema es molestar a los figurantes con competencias ficticias.
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