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martes, 20 de febrero de 2018

LOS QUE NOS ENSEÑARON A VER TOROS



Es a finales del siglo XIX cuando se conocen los primeros cronistas taurinos. En esta  época marcada por una evolución del toreo, aparecen las primeras crónicas de la pluma de escritores y aficionados, a los que dieron continuidad periodistas de afiladas plumas.

DON CALENCIO, (José Velázquez y Sánchez) Ilustre escritor Sevillano que incluyó en su obra, Cartas Tauromaquicas, (1849), Colección de revistas en verso, cronicando las corridas celebradas en Sevilla, o el libro Anales del Toreo (1873).

El manchego DON FABRICIO, (Antonio Olmedo Delgado) Cuenta las hazañas del Papa Negro y Cayetano Ordoñez en el Correo de Andalucía y en el ABC de Sevilla.

También DON INDALECIO (Ramón de la Cadena y Brualla, Marqués de Cadenas) Corresponsal del semanario El Miura de Barcelona, El Liberal Taurino, Palmas y Pitos, Arte Taurino de Madrid. Autor de muchas obras dedicadas al toro.

El Madrileño DON JUSTO, (Isidro Amoros Manso) Director  del semanario Arte Taurino y con una larga obra dedicada a la tauromaquia.

DON MODESTO, (José de la Loma) Cronista del Liberal de Madrid y maestro de su destacado discípulo el gran GREGORIO CORROCHANO.

DON PIO, (Alejandro Perez Lugín) Abogaddo y escritor. Autor de la novela versionada en la gran pantalla varias veces, Currito de la Cruz (1921).


Maximiliano Clavo, cuyo seudónimo fue “Corinto y Oro”. Escritor lírico e impresionista, de grandes conocimientos, fue crítico taurino muchos años en La Voz.

El castellonense Federico Almela Vives escribió en el semanario Dígame.

Benjamín Bentura Sariñera y Benjamín Bentura Remacha, padre e hijo, “Barico” y “Barico II” respectivamente. El primero dirigió el semanario La Fiesta Española, y fue crítico de El Alcázar y El Debate (1932). Tras la Guerra Civil fue el crítico taurino de la Agencia Logos de Madrid y colaboró también en El Ruedo.

Federico M. Alcázar (la M innombrable de su apellido era de Manjavacas, apellido que siempre ocultó). Fue cronista taurino de Prensa Gráfica, El Imparcial y Luz. Publicó el libro ”Ignacio Sánchez Mejías, el torero y el hombre”, y más tarde “Tauromaquia moderna”.

Otro gran cronista fue Carlos de Larra y Gullón, que ocultaba su parentesco con Mariano José Larra, bajo el seudónimo de “Curro Meloja”. Comenzó en el Heraldo de Madrid y escribía también en el semanario “Los Domingos

Federico Almela Vives escribió en el semanario Dígame. Dejó diversas obras y ensayos escritos. Fue un auténtico estudioso del “toreo cómico” tema sobre el que hizo importantes aportaciones históricas.


Fueron cronista que tuvieron que juzgar con objetividad una época cambiante del toreo y sobre todo la de los toros, flojos,  faltos de trapío y con astas manipuladas.

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