CAMPANA Y SE ACABÓ

 05/06/2022.Madrid. Las Ventas. Vigésimo novena y última corrida de abono Tres curtos de entrada. Toros de Victorino Martín, serios, con movilidad y juego desigual siendo notable el lidiado en 2º lugar.

Antonio Ferrera, de blanco y oro. Pinchazo y media estocada silencio. Bajonazo y descabello. Un aviso  división. 

Sergio Serrano, de burdeos y oro. Dos pinchazos, estocada trasera y 4 descabellos. Un aviso saludos. Pinchazo, pinchazo hondo y estocada trasera y caída palmas. 

Román, de verde botella y oro. Dos pinchazos y tres descabellos silencio. Estocada corta y descabello silencio.

Campana y se acabó, decía don Cicuta, aquel personaje oscuro, como  esta feria, que acongojaba a los participantes al cometer el fallo, en aquel famoso programa de TVE que se llamaba El Precio Justo. Cicuta o cualquier pócima que se os ocurra, hemos bebido en una feria insoportable, tediosa, vacía, donde solo los jóvenes valores de esta Tauromaquia pueril, han asomado la cabeza con fuerza y ganas.

Cerró Ferrera una feria paupérrima con la compañía de dos toreros de los que aparecen poco en los carteles y lo poco lo hacen con encierros alejados de las "figuras" rutilantes. 

El balear, en un intento fallido, no consiguió que el Victorino rompiera, llegó a la muleta cansado y se paró, un pinchazo y una media con habilidad, acabaron con el toro. El cuarto, que tuvo algunas arrancadas claras, Ferrera optó por el pintureo y se dedicó a andar por la cara sin efectividad asfixiando al toro, en un intento de hacernos ver que el toro no tenia muletazo alguno. error señor Ferrera.

De los dos toreros de pocas tardes que acompañaron al balear, cabe destacar la aptitud de Serrano. Se fue a portagayola en sus dos toros a ejecutar ese peligroso lance que se utiliza como declaración de intenciones y pudo haber tragedia en el primer encuentro al intentar salirse de la suerte antes de tiempo, el toro hizo por el y le metió la cara en el suelo afortunadamente sin consecuencias, en el segundo, él tubo la serenidad y el toro pasó por donde indicaba el matador Le tocó en suerte al de Albacete un Victorino que metía la cara con clase y se enfundó en un baile toro torero, del que salieron buenos muletazos, algunos con rotundidad, la espada dejó en suspenso cualquier tipo de triunfo. El que hizo quinto, de tremenda presencia, ganó la partida al matador, que nunca fue capaz de sobreponerse a la dureza de su oponente.

Román se perdió en los tiempos, tan solo al final de la faena consiguió hacer pasar al toro con muletazos de uno en uno. El desbarajuste con la espada ayudó  a silenciar cualquier sombra de triunfo. En el que cerró plaza y feria intentó arreglar el desaguisado y se juntaron el hambre con las ganas de comer, el toro que embestía sin clase y con paradas y el torero practicando una labor asfixiante, acabaron con la última tarde de la peor feria que recuerdo.