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sábado, 7 de julio de 2018

QUE PENA

06/07/2018. Madrid. Las Ventas. Un cuarto de plaza. 1ª del ciclo Camino hacia Las Ventas.




Novillos de Guadajira. Bien presentados, bravos y nobles.

JESUS CHOVER. Estocada trasera y desprendida. Silencio. Bajonazo. Silencio.
ALEJANDRO FERMIN. Estocada trasera  caída y descabello. Un aviso. Vuelta por su cuenta. Tres pinchazos, el último hondo. Silencio.
PABLO MORA. Estocada y descabello. Silencio. Estocada corta. Vuelta.

Novillada de mucho interés para considerar al ganadero, no a los novilleros que no estuvieron a la altura de sus oponentes.
Una auténtica pena que los novillos se fueran al desolladero con las orejas puestas. Empujaron en el caballo, dieron espectáculo en banderillas y embistieron con claridad. Todos ellos fueron buenos, con matices, para realizar faena.

Una terna, una más, de los que prueban suerte en Madrid y se van con las orejas gachas. El que más, con ilustre apellido de figura, sumó diez paseíllos, que no está mal en 2017. Y estamos con lo de siempre, Madrid es otra historia y aquí es muy difícil que suene la flauta y lo normal es que te la pegues y más toreando así.


El valenciano Chover, que atesoraba un festejo el pasado año y ocho años desde su debut con picadores se autoinmoló en el coso madrileño, un toreo desabrido, fuera de las suertes de nula templanza, fue lo que ofreció, amén de dos tercios de banderillas, donde de los seis pares, tan solo se puede salvar uno de poder a poder al que hizo cuarto. Quizás sería mejor que se  buscara los garbanzos por esa vertiente.
Fermin, que vino acompañado por el paisanaje que pobló el tendido 4, es otro mas de los novilleros contaminado por el modernismo taurino, el dar vueltas y vueltas mientras el toro dura. Fuera de cacho, toreando en las distancias, ligando un chorro de muletazos mentirosos, eso sí muy jaleado por los del tendido 4. Se autopremió con una vuelta al ruedo muy protestada, por todos menos por los del 4 que le ovacionaron al pasar.
Pablo Mora, de un pueblo tan taurino como Moralzarzal y con un apellido de tanto peso en Madrid, nos decepcionó. Tan solo un quite por gaoneras muy ajustadas al que hizo segundo, nos entreabrió un ventana de esperanza que se cerro muy pronto, mostró los mismos defectos de sus compañeros, exageradas distancias, "toreó" mas templado que los otros, pero faltó  rotundidad y proximidad sobre todo con el sexto, un toro de mucha calidad que hubiera admitido un toreo de mas pureza..

Hay que resaltar el desbarajuste que se formó en el primer tercio del que abrió plaza, el novillo apretó con fuerza y picador y caballo rodaron por  el piso. Los monosabios, como siempre, se arrogaron en su cometido, saltando al ruedo con el toro encelado en el jaco, salió el novillo del embroque y se llevó a uno de ellos por delante dándole una cornada.
Un accidente evitable si cada uno cumpliera estrictamente con su cometido.


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