Leo un artículo firmado por mi amigo Gonzalo Bienvenida en el diario El Mundo del pasado día 7 de Agosto y me tengo que retrotraer ala feria de Otoño de 1987 y al toro Corchero de Martínez Benavides. Un sobrero que saltó al ruedo por la lesión sufrida por el titular en los chiqueros.
Aquel día fue Paula, el pellizco del gitano, lo exclusivo de su toreo y el duende, aparecieron en Madrid, para dejar un sello incomparable.
Desgraciadamente, también dejo el otro sello, el que hubiera redondeado una gran faena y no fue, la espada le dejo mal parado y todo quedó en una triunfal vuelta al ruedo y en el sabor de una gran comida pero escasa.
Se desató con el capote en verónicas de plástica única. Con la muleta aplicó un magistral toreo en redondo y finalizar con la izquierda primero con naturales muy ligados y el final con los de frente de uno en uno, desmayando la mano en la cadera. Una faena irrepetible, difícil de volver a ver.
Rafael Soto Moreno, con sus luces y sus sombras ha sido un torero exclusivo, de él dijo Antonio Gala En su toreo hay una sutil mística callada. Fue profeta en su tierra, donde tiene una placa en su plaza de Jerez. Medalla de las Bellas Artes en 2002. En 2012, Premio Nacional Universitario de Tauromaquia Joaquín Vidal.
Hoy en la nueva dinámica del toreo, sería muy difícil encontrar toreros como Paula, defensores de su propia verdad, antagonistas del sistema y destructores de la vulgaridad.
¡Ojala! Nacieran más Paulas con sus luces y sombras en el defenestrado mundo de la Tauromaquia actual.
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