EL POR QUE DE LAS COSAS

Todas las cosas, tienen un por qué, y este caso justifica la marcha de los tendidos de los aficionados añejos que conocimos otros tiempos distintos, con sus luces y sus sombras, que la hubo, pero con otra dimensión.
El triunfalismo de los sectores incondicionales de las figuritas, solo llega ahí, a los cartelillos de figuritas, con toros bobos, faenas llenas de mentira, que llenan plazas de segunda y tercera y dejan tendidos vacíos en las de primera. Y ahí está Bilbao con su importante feria.

Al desastre de taquilla en Bilbao, se añade la contrapartida de Cuenca y el indulto de Aguamiel por el poderoso Julián, seguramente mas poderoso que el santo que lleva su mismo nombre, al que se le dedica la feria de Cuenca.

Tan malo es lo uno como lo otro. Si se elaboran carteles descompensados o compensados en exceso, puede ocurrir, en un caso que se vea demasiado cemento en los tendidos y en el otro que se premie el fraude.

Los carteles descompensados, por toreros y ganaderías, causan el efecto de que el aficionado sabe de antemano lo que va a ocurrir, y en otro caso, que le van a timar. Pero en este último, entran los "Juligan", "Moranultras", "La torcida R.Rey","La Castellvehemencia"y demás indocumentadas y bullidoras  tribus de gin-tonic y clavel, que pueblan junto a los chinos el exceso de cábida de las plazas de toros y les importa más un pedo de Julián que un muletazo de Robleño.

¡Esto no es la Fiesta señoras y señores! Esto es el fin de algo que fue importante y que se ha desvirtuado desde dentro de la propia Fiesta. Y no vale echar la culpa a factores externos, que molestan, pero con transcendencia menor a la casuística.
Existen sectores de aficionados empeñados en la búsqueda de alguna solución, pero han de ser los propios interesados, los que se juegan su trabajo, los que den los pasos que les lleven a poner las soluciones y devolver su esplendor a la denostada Fiesta Nacional y que vuelva a ser Nacional y no el cortijo de algunos pocos.