EL FRACASO DE LA RUTILANCIA

01/06/2018. Madrid, Las Ventas,

Toros de VICTORIANO DEL RIO/CORTES. De escasa presencia, mansos que duraron poco.

SEBASTIAN CASTELLA. Dos pinchazos y media  y con estocada. Un Aviso. Saludos. Pinchazo y media estocada. Dos avisos. Saludos.´

JOSE MARIA MANZANARES. Media estocada caída. Silencio. Estocada. Saludos.

CAYETANO. Estocada. Oreja. Estocada. Saludos. 

Otra vez se estrella el ganadero de Guadalix. Una mansada escurrida de carnes y con muy poco fuelle, que fue poco castigada en varas, llegó a la muleta con poca gasolina. También fueron huidizos rajados, buscando las querencias con descaro.

Una terna de los llamados rutilantes figurones, de los que buscan el toro adaptado que ayude al triunfo, pero cuando el bicho se niega o no puede con las botas, desluce a su matador, aburre al aficionado y cabrea a los triunfalistas que no pueden enarbolar pañuelos y todo el mundo sale jodido.

El francés que aperturara la puerta grande hace dos días, intentó fotocopiar la faena "triunfal", pero su oponente se negó a colaborar. No obstante en algunos momentos hubo los que vaticinaban la repetición, pero esta vez los Dioses no estuvieron de su parte y todo quedó en el intento.

Manzanares, desganado, se topó con dos mansotes que se movían por su cuenta y a su estilo, muy lejos de lo esperado por él, de tal modo, el de Alicante se quedó a medias de todo. Lo poco que hizo, lo hizo sin distancias y toreando de perfil y como los moruchos llegaron a la muleta con la reserva encendida, se acabó la juerga.

Quedaba Cayetano torero de dinastía que llegó a Madrid con aires de novillero, portagayola, de hinojos, sentado en el estribo y de pié, aquí fue cuando se le vio el plumero, tubo un toro que quiso coger el trapo, pero donde él quería, en tablas y el madrileño consintió y fue allí donde pego tres redondos templados y colocado. El resto fue lo de siempre, las veltas, el pico y la modernez mema y tediosa.

Vimos dos excelentes bregas de Chacón y de Iván García, desmonterarse en el pareo a Rafael Viotti.

Una tarde expectante después de la corrida de las naciones, donde por cierto faltaban algunas, que nos había dejado ¡Ploff! y esperábamos remontar con la terna de rutilantes