RUTILANTES Vs LAS BABOSAS DE GUADALIX

23/05/2018. Madrid. Las Ventas, lleno.

Toros de VICTORIANO DEL RÍO, anovillados, blandos, descastados, indignos para esta feria  

MIGUEL ÁNGEL PERERA  Tres pinchazos y descabello. Un aviso Bronca. Estocada atravesada y descabello. Silencio.

ALEJANDRO TALAVANTE. Estocada tendida y ocho descabellos Bronca. Media delantera y descabello. Silencio.

ROCA REY. Pinchazo, estocada y descabello. Silencio. Estocada. Una Oreja.

No quiso el cielo acabar con el desastre y el aguacero solo duró toro y medio. Mas hubiera valido  que no hubiera parado.

Indigno, fraudulento e irrespetuoso con el aficionado, el encierro de Victoriano. Causa desasosiego al aficionado comprobar que el modernismo taurino, se ha instalado definitivamente. Rutilantes figuras que acaparan y exigen el toro adaptado y practican la farsa del toreo sin distancias, engañoso y hacia afuera, a los que imitan torerillos noveles y contaminan a las escuelas. Es la tónica implantada que los aficionados no comprenden y les cuesta tolerar.

El encierro de ayer, fue protestado, con razón, casi en su totalidad, tal parecía un deshecho. Intolerable a todas luces para una plaza de primera y una feria como San Isidro. Y no se pone colorado nadie. Con un llenazo hasta la bandera, da lo mismo engañar a los 25.624 que a media plaza, aunque muchos de los presente, no lo entiendan.

Al desastre hay que añadir, las tres rutilantes figuras, cabeza del escalafón, que deambularon por el alvero venteño.

El peruano, sabedor de su condición de toreo de moda, llegó al último toro en el intento de salvar el desastre, al que había que añadir el aguacero que cayó al finalizar la faena del segundo toro. Todo estaba en contra y Rey se puso al intento con su "toreo" de recursos para la galería, del que solo se puede sacar eso de pasarse al toro cerca y al rededor del cuerpo, porque no hubo ni un muletazo con ortodoxia. Eso sí caló en los empapados tendidos que ocupan los del clavel. Muy protestada por otros sectores la oreja.

Los dos extremeños, recibieron sendas broncas en su primero, Perea por un destoreo sin ciencia y Talavante por matar al toro sin darle ni un muletazo. En sus segundos todo fue desgana y desacople.

Esta claro que mientras esto siga así, volverán a ocurrir tardes como esta y son los toreros exigentes del ganado gran parte del problema. Y el aficionado a pagar por los exigentes desastres.